Si la lactancia materna o artificial es uno de los temas que más agobia a las madres cuando nace un bebé, la alimentación complementaria o la evolución de la alimentación hasta llegar a comer como un adulto puede ser una verdadera tortura.
Los que nacimos en los 70-80 fuimos víctimas de rígidas tablas de alimentación que decían cuándo, cómo, cuánto y casi podría arriesgarme a decir que dónde debíamos comer. Por suerte en la última década se ha avanzado mucho en el plano nutricional de los más pequeños y numerosos estudios han demostrado:
- La excepcional calidad de la leche materna, lo que ha favorecido que tanto pediatras, nutricionistas y enfermeras asesoren y ayuden a madres/bebés a iniciar y mantener la lactancia materna más allá de los dos años de vida.
- La introducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses es innecesaria y está totalmente contraindicada antes de los 4 meses. Además se han roto mitos sobre el orden en el que se deben introducir los alimentos.
- Por último uno de los puntos más controvertidos: no existe ninguna necesidad de dar de comer triturados los alimentos a los bebés. A pesar de no tener dientes los bebés son perfectamente capaces de comer de todo si está cocinado pensando en ellos.
Desde que un bebé nace una de las primeras necesidades que cubren sus padres es la de alimentarle. A nadie se le niega la comida, hasta el más miserable tiene derecho a ello. En nuestra cultura la comida es un acto social más en el que nos relacionamos (quedamos para comer, cenar, tomar un café y merendar,…), además vemos casi una aberración dejar que un niño se salte una comida (aún hay muchas familias con miembros hijos de la post guerra civil que pasaron muchos días con una sola comida en su cuerpo).
En ocasiones se confunde estar «hermoso» con una buena salud. En realidad el peso de un bebé solo es un parámetro más para valorar su desarrollo. Un bebé delgado que come poco pero es activo, feliz y tiene buen estado general está igual de sano que uno que tenga roscas en las piernas y unos mofletes reventones.
Y como en el sueño los adultos pensamos que los bebés tienen que comer como nosotros. A veces se pretende que pasen de tomar lactancia a demanda -es decir, tomo teta cuando y cuanto me apetece- a hacer cinco o seis comidas al día, sentados en una silla, en unos 20-30 minutos y sin protestar. Cuando en realidad al igual que el sueño, la motricidad, el habla, la alimentación es un hábito más que se debe trabajar poco a poco, siguiendo el ritmo del niño y respetando sus necesidades.
Da igual si tu hijo está gordito, es un canijo, come sólo a trozos, tienes que perseguirlo con la papilla en mano para que coma o si abre la boca cuchara tras cuchara sentado en su trona; hay muy pocas madres que no piensen que su hijo come poco o casi nada.
El gran problema es que a pesar de tener a nuestro alcance mucha información respecto a la alimentación, esta no siempre es la mejor y es casi imposible que las personas de nuestro alrededor no opinen sobre el peso y la alimentación de nuestros hijos.
Como en casi todo lo relacionado con la crianza, la presión social, la falta de tiempo, el cansancio y las individualidad de cada niño hace que no hayan formulas magistrales para hacer que los bebés coman de todo, toda la cantidad que pensamos necesitan y sin rechistar.
Personalmente en el libro del Dr. Carlos González «Mi niño no me come« encontré un bálsamo para mis heridas. De pequeña fui muy mala comedora y he escuchado toda mi vida el calvario que pasó mi madre para que comiera, desde el pecho a la cuchara y los temidos trozos. Lo único que consiguió el resultado de tantos años de lucha con mi «mala» alimentación es que tardara más de 20 años en aprender a disfrutar de un buen plato de comida.
Con ese historial personal, cuando tuve a mi hijo, mi primer gran objetivo fue no caer en los mismos errores que mi madre e intentar que la alimentación fluyera como lo que es: un acto natural y necesario. La lactancia a demanda fue genial, casi perfecta, pero todo se complicó cuando empezamos la alimentación complementaria. Mi hijo -al igual que yo- es de poco comer a pesar de ser un bebé totalmente sano, activo, vital y feliz.
Cuando estábamos a punto de entrar en ese círculo vicioso que transforma las comidas familiares en guerras interminables de llantos, gritos y desesperación leí «Mi niño no me come».
Si tuviera que resumir en una frase este libro diría que transmite tranquilidad y serenidad respecto a la alimentación de los más pequeños. Con su lectura no esperes recetas mágicas, ni una lista de pasos a seguir para que tu hijo coma. En cambio encontrarás información real sobre lo que vuestro hijo necesita para comer: respeto y amor.
Opinión sobre el libro Mi niño no me come
En el libro Mi niño no me come el Dr. Carlos González hace un repaso claro, riguroso y sobre todo respetuoso de por qué necesitamos comer los humanos, para qué sirve comer y cuánto necesita comer un niño. Además incluye información sobre el posible rechazo de un bebé a un alimento, los periodos sensibles en los que un bebé/niño puede dejar de comer o disminuir su ingesta y por supuesto las famosas gráficas de percentiles. El autor «reta» a los padres en este libro a permitir que el bebé decida sobre su alimentación, que confiemos en la sabiduría de nuestra propia naturaleza y sin presiones dejemos que los más pequeños descubran que comer es una necesidad más.
Biografía
El Dr. Carlos González es pediatra. También es fundador y presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna (ACPAM). Colabora con múltiples revistas en las que publica artículos de lactancia, alimentación, salud infantil y crianza entre otros.
Es padre de tres hijos y en alguna entrevista ha declarado que tenerlos hizo que su visión de la pediatría cambiara por completo. Basa su acompañamiento a las familias en el respeto y la individualización, fomentando que los padres se escuchen mucho a ellos mismo y ante todo a sus hijos.
Entre sus obras podemos encontrar:
- Bésame mucho. Cómo criar a tus hijos con amor.
- Manual práctico de la lactancia materna.
- Un regalo para toda la vida, guía de la lactancia materna.
- Entre tu pediatra y tú.
- En defensa de las vacunas.
- Creciendo juntos.
Puedes comprar el libro Mi niño no me come del Dr. Carlos González en Amazon en versión Kindle por 5,69 € o en versión papel con tapa blanda por 6,60 €.
Información Bitacoras.com
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