La diabetes gestacional (DG) es un tipo de diabetes que se desarrolla sólo durante el embarazo.
La diabetes es una enfermedad compleja. Cuando ingerimos alimentos nuestro sistema digestivo los descompone en elementos básicos cómo glúcidos, lípidos, proteinas, etc. Nuestras células se alimentan de glucosa (un tipo de glúcido) que les proporciona energía y para obtener este nutriente necesitan de una hormona que se produce en el pancreas: la insulina.
Pero si nuestro pancreas no produce suficiente insulina o esta insulina no puede hacer entrar la glucosa en las células, esta se queda circulando por la sangre y nuestro cuerpo no obtiene la energía que necesita.
Debido a los cambios hormonales que suceden durante el embarazo, es posible que las células del organismo no respondan igual a la insulina, el páncreas no sea capaz de aumentar su producción y por ello se encuentre una cantidad superior de glucosa en la sangre. Entonces es cuando aparece la diabetes gestacional.
Esta es una de las complicaciones del embarazo más común ya que un 10% de las gestantes la padecen. En la mayoría de los casos la diabetes gestacional desaparece cuando el bebé nace. pero una vez se ha tenido el riesgo de que aparezca en otros embarazos es elevado, así como también aumentan las posibilidades de desarrollar diabetes del tipo 2 (no insulino dependiente) en un futuro.
El riesgo de desarrollar una DG aumenta si:
- Tienes más de 35 años al quedar embarazada.
- Tienes antecedentes familiares de diabetes.
- Ya tienes un bebé que al nacer pesó más de 4 kg o tuvo alguna anomalía congénita.
- Tienes hipertensión arterial.
- Tienes demasiado líquido amniótico.
- Has tenido un aborto espontáneo o mortinato de manera inexplicable.
- Tenías sobrepeso antes del embarazo.
Tener DG puede desencadenar problemas tanto para ti como tu para tu bebé.
Riesgos y complicaciones de la diabetes gestacional
En la futura madre las complicaciones pueden ser:
– Preeclampsia (hipertensión arterial elevada, aumento de las proteínas en orina y edemas).
– Aumento de la posibilidad de necesitar una cesárea en el momento del parto.
En el bebé las principales complicaciones que puede tener son:
– Desarrollar un cuerpo más grande al nacer (macrosomía) lo que puede hacer más difícil el parto vaginal.
– Durante las primeras horas se pueden producir hipoglucemias (niveles bajos de glucosa en sangre) e hipocalcemias (niveles bajos de calcio en sangre).
– Ictericia (la piel y la esclerótida del ojo adquieren un color amarillento).
– Síndrome de dificultad respiratoria o membrana hialina (por inmadurez pulmonar).
Es importante que sigas los controles médicos durante el embarazo, ya que la DG se diagnostica a través de la analítica del segundo trimestre en el que se incluye el test de O’Sullivan. Si el resultado está alterado se realizara el test de tolerancia oral a la glucosa o curva del azúcar.
Controlar la diabetes gestacional
Si te han diagnosticado una DG deberás realizarte controles de glucemias 5 veces al día (antes de desayunar, antes de comer, una hora después de comer, antes de cenar y una hora después de cenar). Los rangos de glucemia son por debajo de 90mg/dl antes de las comidas y 140mg/gl una hora después de las comidas.
Para ello la comadrona te proporcionará un glucómetro y en tu centro de atención primaria te darán las lancetas y las tiras para realizar los controles.
Deberás mantener una dieta equilibrada con un reparto de los hidratos de carbono necesarios para una ingesta de 2000Kcal a lo largo de 5 comidas al día, eliminar el consumo de azúcares de rápida absorción y el ejercicio moderado son el tratamiento habitual para DG.
Las opciones de alimentos, cantidades y momentos en que los comas son importantes para mantener tus niveles de glucosa en sangre dentro de los rangos establecidos, por eso diseñar un plan dietético con tu comadrona o enfermera será básico.
Si a pesar de realizar la dieta de manera correcta y ejercicio diario no se consiguieran mantener los niveles de glucemia entre los límites anteriormente mencionados cómo mínimo en 4 comidas a lo largo de una semana, tu médico valorará utilizar algún tipo de medicación antiglucemiante como por ejemplo la insulina.
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