La comunicación corporal entre tu bebé y tú es una sutil segunda piel que se va construyendo a través de la experiencia. Esta experiencia se desarrolla compartiendo juntos momentos de tocar de modo directo sobre la piel o a través de elementos intermedios, así como momentos de no tocar.
El contacto consciente entre tu bebé y tú le ayudará en su desarrollo emocional e intelectual, en su tonicidad y motricidad ampliando su capacidad de sentir a través tuyo.
Cuando tocas a tu bebé no sólo lo haces con tus manos, sino que también interviene tu presencia.
Tu sola presencia interfiere en el tono muscular de tu bebé, así como tus emociones, tu silencio, tu ritmo respiratorio y la manera en la que inicias y finalizas una actividad con él: levantarlo, sostenerlo, acunarlo, bañarlo o mimarlo. [Leer más…]