La comunicación corporal entre tu bebé y tú es una sutil segunda piel que se va construyendo a través de la experiencia. Esta experiencia se desarrolla compartiendo juntos momentos de tocar de modo directo sobre la piel o a través de elementos intermedios, así como momentos de no tocar.
El contacto consciente entre tu bebé y tú le ayudará en su desarrollo emocional e intelectual, en su tonicidad y motricidad ampliando su capacidad de sentir a través tuyo.
Cuando tocas a tu bebé no sólo lo haces con tus manos, sino que también interviene tu presencia.
Tu sola presencia interfiere en el tono muscular de tu bebé, así como tus emociones, tu silencio, tu ritmo respiratorio y la manera en la que inicias y finalizas una actividad con él: levantarlo, sostenerlo, acunarlo, bañarlo o mimarlo.
No es necesario tener un gran conocimiento sobre masaje infantil, técnicas de relajación o estimulación para tener un contacto consciente. Cuando tocas a tu bebé lo estás estimulando directamente sobre la piel. Estás activando el sentido que más desarrollado tiene desde los primeros minutos de vida: el tacto.
Para tocar el cuerpo de tu bebé
Con tus manos directamente sobre su piel:
Es la forma más sencilla y directa de establecer una comunicación corporal con tu bebé. Aprovecha las actividades de cuidado diario como: cambiarlo de ropa, de pañal o aplicar crema después del baño para tomar conciencia de lo que le transmites cuando le tocas.
Puedes deslizar la mano sobre su cuerpo, hacer frotes suaves, realizar movimientos circulares procurando por lo general que sea del centro del cuerpo hacia la periferia
Utilizando objetos para tocar a tu bebé:
No siempre es necesario que toques a tu bebé con las manos para que viva una experiencia sensitiva plena. Utilizar objetos como por ejemplo plumas, pinceles, pelotas suaves o pañuelos, te permitirá:
– Filtrar tensiones que se acumulan en un mal día y así no trasmitirlas a tu bebé.
– Estimular las sensaciones de su cuerpo en general y despertar la sensibilidad en tu bebé.
– Tocar a distancia para cuando sea imposible tocarlo directamente (por ejemplo cuando vaya en la sillita del coche en marcha).
Sin tocarlo
Hay momentos en los que tocar a tu bebé puede ser más una agresión que una caricia. Por ejemplo cuando está muy enfadado y él mismo rechaza tu contacto. En esos momentos es mejor utilizar tu presencia y energía para cambiar su estado de ánimo.
Si nunca has experimentado la sensación de que te toquen sin tocar prueba a frotar tus manos la una contra la otra y acercarlas a tu rostro. Notarás el calor que desprenden y la energía que transmites. Haciendo lo mismo sobre el rostro o barriguita de tu bebé, éste notará una agradable sensación que lo reconfortará.
Los “toques” que realices sobre el cuerpo de tu bebé cuando está tranquilo se pueden repetir en momentos en los que está agitado, con angustia o con molestias varias. Su cuerpo los reconocerá y le ayudará a volver a la tranquilidad.
Experimentar en familia
Una forma de experimentar el tocar sin tocar es realizar un pequeño ejercicio en familia: madre-bebé / padre-bebé / padre-madre-bebé / padre-madre-hermanito-bebé.
Cada miembro de la familia (excepto el bebé) coge una pelota de tenis, la sostiene, toma consciencia de su tacto, peso, espesor, volumen y el toque, o lo que es lo mismo, lo que siente al tocar la pelota.
Es importante que todos registréis las sensaciones del toque entre la pelotita y vuestras manos (palmas, dorso, dedos, muñeca), la idea es que en vez de necesitar tocar con las manos podáis tocar a través de los objetos que sujetáis con vuestras manos. En este caso ir más allá y tocar a través de la pelota.
Como si fuera una cadena o trenecito os sentáis uno detrás del otro, quedando de manera que en el caso de ser cuatro miembros:
Papá toca la espalda de mamá a través de la pelota -> Mamá toca la espalda del hermanito a través de la pelota -> El hermanito toca los pies del bebé a través de la pelota.
De esta manera las emociones y sensaciones de los cuatro cuerpos se transmitirán a través del toque, todos se conectan con la presencia rítmica y emocionada al deslizar la pelota sobre el otro.
Información Bitacoras.com
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