Si la lactancia materna o artificial es uno de los temas que más agobia a las madres cuando nace un bebé, la alimentación complementaria o la evolución de la alimentación hasta llegar a comer como un adulto puede ser una verdadera tortura.
Los que nacimos en los 70-80 fuimos víctimas de rígidas tablas de alimentación que decían cuándo, cómo, cuánto y casi podría arriesgarme a decir que dónde debíamos comer. Por suerte en la última década se ha avanzado mucho en el plano nutricional de los más pequeños y numerosos estudios han demostrado:
- La excepcional calidad de la leche materna, lo que ha favorecido que tanto pediatras, nutricionistas y enfermeras asesoren y ayuden a madres/bebés a iniciar y mantener la lactancia materna más allá de los dos años de vida.
- La introducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses es innecesaria y está totalmente contraindicada antes de los 4 meses. Además se han roto mitos sobre el orden en el que se deben introducir los alimentos.
- Por último uno de los puntos más controvertidos: no existe ninguna necesidad de dar de comer triturados los alimentos a los bebés. A pesar de no tener dientes los bebés son perfectamente capaces de comer de todo si está cocinado pensando en ellos.