El hábito de succión que tienen los bebés es un reflejo natural que tenemos los seres humanos y que se inicia desde antes de nacer en el útero materno. El deseo de succionar está estrechamente relacionado con la capacidad de supervivencia ya que nos permite la alimentación.
Pero, ¿Por qué los bebés tienen la necesidad de succionar todo el tiempo?
Los bebés recién nacidos tienen el sentido del tacto en la boca y su desarrollo sensorial, al igual que la supervivencia, depende de lo que puedan captar a través de ella y por eso concentran toda su actividad sensorial en la boca.
El modo natural en el que un bebé cubre esta necesidad es mamando en el pecho de su madre. Al succionar el pecho materno, el bebé se expone a una serie de olores, texturas y sabores que son vivos, cambiantes y cálidos; permanece en contacto directo con el cuerpo de su madre sintiéndose seguro y tranquilo. Esta seguridad no la necesita sólo cuando come, sino casi todo el tiempo durante los primeros meses y muchas veces a lo largo del día.
Debes tener en mente que cuando tu bebe está realizando chupeteo continuo o succionando está obteniendo una sensación placentera, reconfortante y proporcionadora de seguridad. Por este motivo no debes forzarle a interrumpir ese chupeteo. De hecho, este efecto relajante del chupeteo es tal que permanece mucho más allá de los primeros meses de vida, cuando el reflejo de succión ya no es necesario en su función nutricional.
El problema de esta necesidad constante de chupeteo tenga o no una función nutritiva es que el pecho de la madre no siempre está disponible. Los chupetes son un sustituto práctico para esta función no nutritiva de la succión.
Hay que tener en cuenta que el chupete puede interferir en la instauración de la lactancia materna y por eso se suele decir que son incompatibles.
¿Por qué influye el chupete en la lactancia?
Succionar un chupete o tetina es muy diferente a succionar un pecho. El chupete ya está formado y es bastante rígido, mientras que el pecho es blando y flexible. Para agarrarse bien al pezón el bebé debe abrir mucho la boca. El pezón se coloca en la parte posterior de la boca, alejado del movimiento de las encías y de la lengua. Es fácil introducir un chupete en la boca del bebé aunque esté cerrada, mientras que es imposible que el bebé se enganche al pezón si no se esfuerza en ello.
En los primeros días pasar constantemente del pecho al chupete y viceversa es demasiado pedir a un bebé que aún está aprendiendo a mamar. Los bebés que intentan succionar el pecho del mismo modo que succionan un chupete se frustran rápidamente y lloran, se ponen nerviosos o rechazan el pecho, no sacan mucha leche y les cuesta aprender a mamar de forma eficaz.
Pasar mucho tiempo succionando un chupete también puede interferir en la producción de leche de la madre, por una falta de estimulación.
Por ello se recomienda esperar entre 3 y 4 semanas después de iniciar la lactancia para ofrecer un chupete al bebé, ya que de esta manera garantizamos una buena instauración de la lactancia sin riesgos a tener interferencias.
Con relación al hábito de succión no nutritiva debes saber que:
– Los bebés alimentados con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses son menos propensos a desarrollar estos hábitos de succión no nutritiva.
– La necesidad de succionar es diferente en cada niño y generalmente disminuye con la edad.
– El hábito de succionar un chupete es más fácil de abandonar que por ejemplo el de succionar el pulgar.
– No se debe prolongar el uso de chupete más allá de los 2 años, ya que favorece el desarrollo de maloclusiones (malas mordidas o una incorrecta relación entre la mandíbula superior y la inferior).
– No se debe impregnar el chupete en azúcar o miel, ya que favorece la aparición de caries, incluso cuando los dientes de leche aún no han salido.
– Se aconseja, si se utiliza para conciliar el sueño, retirar el chupete de la boca del bebé una vez se ha dormido.
– Los chupetes deben lavarse a diario.
A la hora de comprar el chupete ten en cuenta que debe cumplir unos requisitos de seguridad regulados por la normativa europea NF S 54-003:
– La tetina tiene que tener una longitud igual o inferior a 30 mm.
– El cuello de la tetina debe ser mucho más grande que la boca del bebé e incluir un orificio para el paso del aire.
– La anilla no debe separarse de la tetina aunque se ejerza una fuerte presión.
– Se recomienda que el material con el que esté fabricado el chupete sea silicona, ya que el látex se hincha con el uso, absorbe olores y favorece la retención de bacterias.
– Deben cambiarse cada 2 meses aproximadamente.
– Nunca debe usarse una cuerda o collar alrededor del cuello para sujetarlo por el riesgo de asfixia que supone.
Con todo lo descrito anteriormente, el chupete no es ni amigo ni enemigo, sino una herramienta más para poder satisfacer la necesidad de succión constante que tienen los bebés. Como siempre es necesario tener toda la información posible para poder tomar decisiones y que el chupete no interfiera en la lactancia ni en la salud bucodental.
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