Cuando tu bebé ya coma papillas de cereales y de frutas será el momento de introducir la papilla de verduras.
Las verduras aportan fibra vegetal importante para un buen tránsito intestinal, dan volumen a las heces y aportan vitaminas, minerales y oligoelementos.
Las primeras verduras que se aconseja darle al bebé son: patata, judía tierna, zanahoria, puerro y calabacín. Estas las acompañarás con carne (pollo, ternera) o pescado blanco dependiendo de la edad de tu bebé.
Cómo preparar la papilla de verduras
– Lava bien las verduras en agua fría.
– Pélalas y trocéalas.
– Para cocerlas pueden utilizar una olla con poca agua, sin sal y a fuego fuerte (para conseguir perder el mínimo de vitaminas) o hacerlas al vapor.
– Triturar o machacar con un tenedor las verduras y posteriormente añadir el agua de la cocción.
– El pollo y la ternera los puedes cocer junto con las verduras o hacer a la plancha. Se recomienda utilizar trozos enteros de carne, no picada, para que conserven mejor el sabor y tengan menos peligro de contagio bacteriológico.
– Por último añade una cucharada de aceite de oliva crudo.
Lo ideal es hacer cada día la papilla con verduras frescas, pero si no te es posible o tu vida diaria es incompatible con la cocina puedes hacer más cantidad conservándolo como máximo 48 horas en la nevera o congelarlo en porciones individuales.
Esta papilla se aconseja darla a mediodía con cuchara.
Recuerda siempre comprobar la temperatura de la papilla antes de dársela a tu bebé para evitar posibles quemaduras.
Al principio es normal que le cueste comer la papilla de verduras, ten paciencia tu bebé debe acostumbrarse a los nuevos sabores y texturas. Conseguir encontrar el punto a la textura que le gusta a tu bebé será fundamental.
Yo también preparo esas papillas y las verduras las lavo con un purificador de agua ya que este conserva todos los nutrientes de la verdura.