Hoy me gustaría hablaros sobre mi experiencia en el inicio de la lactancia materna a nivel profesional y personal.
Nunca olvidaré una noche, hará unos ocho años, en que acompañé a una mujer que acababa de dar a luz durante sus primeras horas de lactancia. Eran las dos de la madrugada cuando subieron a la habitación madre-bebé (juntos en una camilla) y el padre. La madre había pasado más de doce horas de parto y estaba realmente agotada. A pesar de ello llevaba a su bebé al pecho, intentando que mamara, con una paciencia y amor, que a mi me parecieron infinitas. Unas tres horas después el bebé cansado pero con hambre lloraba porque no conseguía que saliera nada del pecho y la madre adolorida y exhausta no sabía como colocarlo para facilitarle la succión. Cogí al bebé en mis brazos y le enseñé a la madre como sujetarle la cabeza y colocarlo barriga con barriga. Entre sollozos la mujer se giró hacia el padre y le dijo “ves esta chica no es su madre y sabe como cogerlo, yo no sé y creo que no voy a poder”.
Me partió el alma escuchar a aquella madre decir que pensaba que no sabía, ni podía dar el pecho a su bebé. Afortunadamente con mucha empatía conseguí tranquilizarla. El instinto y la sabiduría maternal que toda mujer lleva en su ADN hizo que con un poco de paciencia, cuatro indicaciones y sobretodo mucho amor, al final de la noche, aquel bebé estuviera perfectamente enganchado al pecho de su madre y obtuviera los primeros calostros. [Leer más…]