Como ya sabes tu bebé desde que nace tiene emociones y sentimientos que, aunque muy primarios y relacionados la gran mayoría de veces con tener cubiertas sus necesidades básicas, pueden desencadenar en él reacciones difíciles de manejar o distinguir.
El miedo es una emoción que tu bebé podrá sentir desde muy pequeño ante la sensación de estar en peligro o sufrir un daño inminente.
Los bebés son frágiles y vulnerables. Sentirse ante el desamparo y sin la protección de su madre o padre puede causarles incertidumbre, ansiedad, inseguridad, angustia, malestar psicológico e incluso malestar físico.
Cada niño reaccionará de manera diferente ante estímulos o experiencias nuevas, por lo que deberás estar atenta a las manifestaciones externas que presenta tu bebé para saber si le producen miedo.
Los cambios físicos que observarás en tu bebé cuando tenga miedo son palidez, tensión nerviosa corporal generalizada, contracción de las cejas, labios alargados y separados o llanto.
Tu bebé demandará protección y amparo ante las situaciones que le generen miedo. Ofrecerle la protección justa y necesaria será fundamental para aliviar su sufrimiento, pero será a partir del juego adaptado a cada etapa de su desarrollo lo que le ofrecerá la oportunidad de dominar el miedo a través de su propia experiencia, desarrollando herramientas y estrategias propias para enfrentarse a nuevas situaciones.
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