Cuando una mujer acude a la consulta del ginecólogo para confirmar su embarazo muchas veces se sorprende cuando la ecografía que le realizan no es a través del abdomen sino transvaginal.
Estamos acostumbrados a ver en las películas y la televisión la imagen de un feto totalmente formado desde el abdomen de la madre casi desde que se obtiene el positivo; aunque la verdad es que pasarán un mínimo de 12 semanas para poder observar al futuro bebé de esa manera. Si nunca te han hecho una ecografía transvaginal espero que la siguiente información te sea de ayuda.
La ecografía es una técnica diagnóstica no invasiva que emplea los ultrasonidos para obtener imágenes de los órganos internos del cuerpo. En la ecografía ginecológica se exploran los órganos del tracto reproductor femenino.
Para realizar la ecografía transvaginal se utiliza un transductor con forma cilíndrica y se introduce a través de la cavidad vaginal. Este tipo de ecografía visualiza los mismos órganos que la convencional, el útero, los ovarios y las trompas de Falopio, pero proporciona mejores imágenes, con mayor calidad y más detalle.
La ecografía transvaginal además de permitir la visualización de la forma, el tamaño y la estructura de los órganos reproductores internos femeninos y de descubrir masas en su interior, permite identificar un embarazo en las primeras semanas de gestación y su localización en el interior del útero o fuera de él (ectópico).
Para realizar este tipo de ecografías no es preciso ninguna preparación previa por parte de la mujer. La exploración se realiza sobre una camilla de exploración ginecológica, con las piernas sobre los estribos (es necesario retirar la ropa de cintura para abajo). Se introduce el transductor en la cavidad vaginal protegido por un preservativo tras impregnarlo de un gel especial para ecografía. Las molestias son mínimas y la exploración no suele durar más de 15-20 minutos.
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