Leyendo el libro «La vida secreta del niño antes de nacer» (Dr. Thomas Verny, Jhon Kelly. Ed. Urano) he encontrado muy interesante cómo se explica que desde el vientre materno el bebé empieza a formar su personalidad, tiene el primer contacto con las emociones primarias tales como la ansiedad, el miedo, la alegría y encontré una pequeña lista de pistas sobre cómo desarrollar la maternidad / paternidad y conseguir una crianza infantil equilibrada que me gustaría compartir.
Dicen que si los niños tienen a su alrededor adultos nutrientes y sostenedores como modelos a seguir será difícil que fracasen en su desarrollo como personas. Como es lógico el niño quiere ser como las personas a las que ama. En consecuencia, si ve que su madre o su padre disfrutan de la lectura, de la música o el deporte, intentará desarrollar su interés por dichas actividades. Sin embargo, esta regla contiene dos importantes apuntes: no debe obligarse al niño a hacer algo simplemente porque se supone que es bueno para él y los padres no deben simular intereses que no tienen realmente.
Crianza respetuosa que ayudará a tu bebé a desarrollar su inteligencia emocional
Para ello se pueden tener en cuenta alguna de estas pistas para la labor de progenitor:
– Sé respetuoso: no cometas el error de pensar que lo que haces o dices delante de tu hijo no tendrá importancia hasta que tenga dos o tres años. El niño es muy perceptivo y si siente que no se le trata con respeto es posible que ambos acabéis pagando por ello en el futuro.
– Disfruta de vuestro pequeño: no intentes crear un niño perfecto. Sólo lograrás hacer desdichado a todo el mundo. A pesar de las afirmaciones en sentido contrario, no existe una técnica perfecta para criar niños. Aunque es importante aprender tanto como se pueda de libros, familia, amigos y profesionales, a la larga tendrás que ser experto a tu manera. Haz lo que te parezca e ignora todo lo demás, en definitiva utiliza el sentido común.
– Disciplina: poca disciplina es tan mala como demasiada. Ésta debe ser moderada, adecuada y coherente. No castigues al niño por algo que el día anterior le permitiste hacer. Si una conducta o actividad se declaran prohibidas, deben seguir estando prohibidas. Si el niño te ha enfadado muéstraselo con firmeza, pero evita los gritos. Piensa también si ese enfado corresponde a la situación con el niño, no descargues tu frustación en él. Los límites son necesarios, dan seguridad y ayuda al niño en su desarrollo.
– Fomenta la intimidad: en general, a las madres es necesario recordárselo menos que a los padres, sobre todo a los padres de hijos varones. Abrazar, acariciar o besar a un hijo es la mejor forma de demostrarle que estás ahí y que puede contar con tu apoyo y amor incondicional.
– Sé tú mismo/a: la abnegación no se convierte en una buena maternidad / paternidad. Tu vida y tu matrimonio o relación también son importantes. No deben quedar menoscabados sólo porque has tenido un hijo. Además es más fácil ser buen padre / madre si estás satisfecho y seguro de ti mismo. De lo contrario, existe la tentación de vivir el matrimonio a través de los hijos, algo que está evocado practicamente al desastre.
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