El masaje infantil es una manera de comunicarte con tu bebé. Proporciona la oportunidad de realizar un contacto consciente y tiene múltiples beneficios para tu bebé.
Para realizar un buen masaje infantil no es necesario ser un gran experto en masajes, pero si es importante que tengas en cuenta varias cosas.
1. Debes encontrar el momento más adecuado para ti y tu bebé. Notarás que tu bebé no siempre está predispuesto para recibir un masaje. Cuando esto suceda es mejor que cambies los planes y lo dejes para otro momento. Idealmente se recomienda realizar el masaje antes del baño.
2. Preferiblemente debe realizarse con el bebé totalmente desnudo, para evitar la interferencia del pañal y permitir que el movimiento fluya.
3. Puede realizarse sobre cualquier superficie en la que estéis cómodos tanto tú como tu bebé (cama, sofá, cambiador, suelo, piernas,…).
4. La habitación tiene que estar a una temperatura de unos 25º C ya que buscamos que el bebé esté relajado y un exceso de calor o frío podría interferir en el masaje.
5. Durante el masaje mira a tu bebé a los ojos, busca el contacto con él y sonríele. También puedes hablarle en susurros, cantarle o poner música relajante.
6. Para realizar el masaje se puede utilizar aceite de almendras. Ten en cuenta que tanto mucho como poco aceite podría dificultar hacer algunos movimientos.
7. Todos los movimientos deben repetirse 3 veces.
El masaje infantil facilita el vínculo con tu bebé y puede ayudaros a resolver pequeños problemas como el estreñimiento. Si nunca antes has realizado un masaje recuerda que es importante calentar tus manos antes de tocar a tu bebé, te pares un momento y respires hondo para liberar tensiones. De esta manera tu también estarás receptiva ante el comportamiento de tu bebé durante el masaje y podrás ir descubriendo con la práctica qué movimientos o zonas le gusta más que le toques.
El masaje infantil engloba todo el cuerpo, se puede empezar por el tórax y acabar en la espalda. La cabeza y cara del bebé son zonas muy sensibles y delicadas, es mejor que te enseñen como estimularlas in situ.
Durante el masaje en el tórax mira a los ojos a tu bebé
Coloca a tu bebé boca arriba, con los brazos extendidos sin tocar el tronco. Empieza aplicando un poco de aceite en el tórax con un par de pasadas generales para facilitar los movimientos.
– Para realizar el primer movimiento coloca las dos manos extendidas sobre el pecho de tu bebé y dibuja con ambas manos a la vez círculos que se inicien en el centro del esternón abriéndose hacia el exterior.
– A continuación coloca las manos sobre sus caderas. Alternando una mano con la otra desliza la mano de la cadera derecha hacia el hombro izquierdo y a la inversa con la mano de la cadera izquierda.
Recuerda realizar el masaje siempre que el bebé este tranquilo sobretodo en la zona del vientre
Si tu bebé tiene cólicos o estreñimiento es posible que sienta incomodidad o le molesten los movimientos sobre el vientre. En el caso de encontrar resistencia o que el bebé se irrite será mejor que pases a la siguiente zona del cuerpo.
– Para favorecer la eliminación de gases: coloca una mano en el pecho y deslízala con suavidad cubriendo el pecho hasta el vientre. Al llegar aquí ejerce una pequeña presión que dure unos segundos. A continuación levanta la mano e inicia el mismo movimiento con la otra.
– Para aliviar los cólicos: coloca la mano extendida sobre el ombligo y realiza movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj.
– Para favorecer las deposiciones: coloca ambas manos extendidas sobre la barriga de tu bebé y realiza movimientos a un lado y a otro.
El masaje en las extremidades ha de ser suave sin forzar la extensión
A medida que avance el masaje aplica nuevamente aceite para facilitar el deslizamiento de tus manos. Recuerda calentarla un poco antes de aplicarla sobre la piel de tu bebé.
– Toma suavemente un brazo de tu bebé con las dos manos. Rodéalo lo más cerca del hombro posible y ejerce un pequeño movimiento de torsión alrededor de él con las dos manos a la vez pero en sentido contrario y ve recorriéndolo poco a poco hasta llegar a la muñeca.
– Coge una manita y realiza en la palma pequeños círculos desde las muñecas hasta los dedos, de dentro hacia fuera.
– Realiza movimientos de torsión desde la base hasta la yema de cada dedo.
– En las extremidades inferiores (piernas y pies) realiza los mismos movimientos que en los brazos y manos.
El momento más relajante para el bebé será cuando acaricies su espalda
Para acabar coloca al bebé boca abajo con la cara apoyada en una de las mejillas. Según la edad que tenga coloca sus piernas más o menos flexionadas (en forma de ranita). Asegúrate de que este cómodo y confortable.
– Coloca una mano debajo de la nuca y deslízala hasta llegar al coxis. Una vez aquí sitúala debajo del culete como si quisiera aguantar a tu bebé e inicia el mismo movimiento con la otra mano. Intercambia las manos hasta completar este movimiento 3 veces con cada mano.
– Sujeta con suavidad uno de los tobillos de tu bebé y desliza la mano desde el hombro del mismo lado a lo largo de la espalda y la pierna hasta llegar al tobillo, en ambas piernas.
– Para finalizar desliza las yemas de tus dedos desde la cabeza hasta los pies con pequeños «toques» simulando la lluvia cuando cae o el agua de la ducha.
Sobre todo recuerda que el masaje infantil debe proporcionaros a ambos un momento de relajación, contacto y satisfacción. No se trata de aplicar el masaje con un fin terapéutico (como podría ser para tratar contracturas o corregir posiciones incorrectas del cuerpo), sino de encontrar una manera más de comunicación con tu bebé que te permita transmitirle amor, cariño y ternura.
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