¿Cuántas veces has oído la expresión romper aguas? ¿Sabes si ocurre en todos los partos? ¿Qué características tienen que tener esas aguas?
Durante todo el embarazo es inevitable pensar en el momento del parto. Cómo será, qué sentiré, qué debo hacer,… Estas y muchas otras preguntas van adquiriendo respuesta a medida que la gestación avanza y sobre todo cuando acudes a las clases de preparación al parto.
Uno de los puntos más conocidos popularmente del parto es la rotura del saco gestacional. Es frecuente ver películas en las que mujeres embarazadas acaban empapadas y corriendo al servicio de urgencias por que la criatura está en camino.
La realidad es que no siempre se produce una rotura de la bolsa del líquido amniótico y si la hay, puede ser antes o durante la dilatación o en el perido de expulsión.
Pero para empezar ¿qué es la bolsa de las aguas o saco amniótico?
El saco amniótico es el revestimiento de membranas y líquido que envuelve al bebé dentro del útero. Está compuesto por dos membranas:
- La interna o amnios: está unida al cordón umbilical, contiene el líquido amniótico y envuelve al bebé.
- La externa o corion: que alberga al amnios y la placenta. Es la más fuerte y gruesa. Proporciona protección al bebé y un ámbito estéril.
Entre las dos membranas hay una capa rica en colágeno, fibroblastos y agua que aporta la flexibilidad suficiente al saco para aumentar de tamaño a medida que el bebé crece. Esta capa se encarga de reparar cualquier daño o fisura que tenga el amnios. Por eso se pueden realizar pruebas como la amniocentesis.
El líquido amniótico
En el interior del saco el bebé se puede mover libremente gracias al líquido amniótico, el cual permite su desarrollo pulmonar y musculoesquelético.
El líquido amniótico está compuesto por proteínas, hidratos de carbono, lípidos, fosfolípidos, urea y electrolitos. Se caracteríza por ser transparente, aunque a medida que el embarazo avanza puede adquirir un color blanquecino o amarillento. Sus funciones basicamente son las de mantener una presión y temperatura constante (de 37’5ºC), así como amortiguar los posibles golpes.
El bebé inahala, traga y orina el líquido amniótico, por lo que este se renueva cada 4 horas apoximadamente. Esto ayuda a madurar su sistema digestivo y respiratorio. La cantidad de líquido es variable, a las 7 semanas de gestación contiene unos 20ml. y a las 40 unos 900ml.
Rotura prematura de membranas
La rotura de membranas o romper aguas es la expulsión espontánea, involuntaria e indolora del líquido amniótico.
La rotura del saco amniótico suele ser un síntoma de que el trabajo de parto se acerca o que ya ha comenzado, sin embargo en algunas ocasiones puede producirse antes del parto. Es lo que se conoce como rotura prematura de membranas. Entre el 60 y el 90% de mujeres cuyas membranas se rompen antes del parto suelen notar las primeras contracciones antes de 12 horas y el resto antes de 24 horas. Si a las 24 horas de haber roto aguas no has iniciado el trabajo de parto, dado el riesgo creciente de infección para ti y tu bebé, es probable que te induzcan el parto con oxitocina.
Los protocolos de actuación en cuanto al riesgo de infección en la rotura prematura de membranas es muy discutido y no existe un consenso en cuanto al uso de antibióticos. El protocolo de la sociedad española de ginecología y obstetricia recomienda:
- Si el trabajo de parto se incia a las 12h de haber roto aguas, aunque no se dé a luz hasta pasadas 24 horas se mantiene una conducta expectante. A no ser que los cultivos previos durante los controles del embarazo hayan dado positivos.
- Si el trabajo de parto se inicia pasadas las primeras 12h de haber roto aguas se inciará antibioticoterapia independientemente del resultado de los cultivos.
Fisura del saco amniótico
Más inusual, pero posible, es que el saco no se rompa sino que se fisure. En ese caso sale poco líquido de forma discontinua, pérdidas que puedes confundir con orina o flujo vaginal. Si no lo tienes claro, lo mejor es que te revisen lo antes posible en el hospital.
Si se fisura el saco antes de la semana 37 de gestación es posible que tu ginecólogo indique que ingreses en el hospital. Los tratamientos recomendados son corticoides (hasta la semana 36) para la maduración pulmonar, antibióticos para prevenir infección del líquido amniótico y reposo para evitar más pérdidas de líquido.
Aguas teñidas
Cuando las membranas se rompen durante la dilatación o expulsión es debido a la presión de la cabeza de tu bebé sobre las membranas o por las primeras contracciones.
Si no se produce de manera espontánea la rotura del saco es posible que el ginecólogo rompa las membranas para ayudarte en la lubricación del canal del parto o valorar el color de las aguas.
Es importante que observes cómo es el líquido amniótico si rompes aguas en casa. Recuerda que su aspecto debe ser clarito e inodoro. Si el color de las aguas es pardo verdosos es importante que acudas al hospital lo más rápido posible. En este caso el líquido amniótico probablemente está teñido por el meconio, una sustancia de olor desagradable y color pardo verdoso que proviene del tracto digestivo de tu bebé. Normalmente el meconio es expulsado tras el nacimiento con las primeras heces de tu bebé. Pero algunas veces -sobre todo cuando hay algún tipo de sufrimiento fetal y muy a menudo cuando se han cumplido más de 40 semanas de gentación- se expulsa antes de nacer y va a parar al líquido amniótico. La presencia de aguas teñidas no es sinónimo de sufrimiento fetal pero por precaución lo más probable es que tu médico decida inducirte el parto y monitorizar a tu bebé durante todo el proceso.
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