Supongo que no todas las mujeres se enfrentan a la maternidad con el mismo nivel de exigencia. Todo dependerá de las expectativas que previamente se haya hecho, su experiencia personal como hijas y su manera particular de enfrentarse ante los retos en la vida.
Yo he de reconocer que soy una mujer exigente de base. Exigente en todo en lo que hago, conmigo y con los que me rodean. Intento siempre dar el máximo de mi misma y no podía ser diferente a la hora de cuidar y criar a mi bebé.
El problema es que en muchas ocasiones intentar conseguir siempre que todo salga más que bien hace que la angustia que esto genera acabe con la ilusión por hacer las cosas o no permita disfrutar de hacerlas.
Como te podrás imaginar la angustia ante si lo estaré haciendo bien con mi bebé es un sentimiento al que me he enfrentado varias veces ya desde que nació. La incertidumbre del alcance de mis errores a la hora de acertar en cómo tratarlo, resolver un conflicto, enfocar sus necesidades sólo hace que aumentar a medida que él crece. [Leer más…]