Una de las emociones más frecuentes que podrás observar en tu bebé a medida que descubra el mundo que le rodea es la aversión, sobretodo cuando le introduzcas la alimentación complementaria.
La aversión se origina cuando tu bebé detecta algo que le desagrada, según la edad la causarán diferentes estímulos.
Si tu bebé es aún pequeño la aversión se la puede producir un estímulo que huela mal, tenga mal sabor o una textura nueva, provocándole náuseas como resultado de la necesidad de evitar la sustancia en cuestión.
Estos estímulos generan en tu bebé asco, rechazo, deseo de huida, malestar y disgusto. Podrás observar como el rostro le cambia y manifiesta la aversión elevando las mejillas y arrugando la nariz.
Para ayudar a tu bebé ante estos estímulos que le desagradan deberás tener una gran dosis de comprensión, aceptación y empatía.
Es importante que tengas en cuenta la aparición de la aversión en las múltiples situaciones que surgen en el día a día con referencia a la comida y al contacto con diferentes texturas. Será crucial para tener una alimentación variada y saludable que tu bebé consiga transformar la aversión en una experiencia que le permita explorar y experimentar lo nuevo sin sentirse presionado o forzado.
Para facilitar el contacto con nuevas texturas o sabores es crucial que le permitas experimentar con sus manos tocándolo todo, para evitar reticencias hazlo tu primero, eso le animará a imitarte.
Una vez más el juego será tu gran aliado, antes de hacer que coma algo nuevo permite que lo huela y manosee, seguramente el mismo será el primero en llevárselo a la boca.
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