Cada niño es diferente y, por tanto, su evolución también lo es. Hay niños que con 10 meses ya caminan y otros que no lo hacen hasta los 18 meses. Por contra, algunos bebés no gatean y directamente aprenden a caminar. Las diferencias entre un niño u otro pueden ser enormes y que no respondan al patrón estándar no tiene por qué ser señal de haber problemas. Factores como la maduración del sistema nervioso, la estimulación que haya tenido tu bebé o la preexistencia de algunas enfermedades en edad temprana pueden afectar al desarrollo infantil.
En los manuales y libros sobre bebés encontrarás siempre fechas evolutivas aproximadas, por tanto, si un niño tarda alguna semanas más o incluso algún mes más en desarrollar alguna actividad no debes preocuparte en exceso.
Aún así, sí que puede haber algunas señales o factores observables que indiquen un posible problema en el desarrollo infantil. Debes estar alerta siempre y cuando se detectes algunos de estos indicadores en tu bebé:
Área social:
El bebé presenta irritabilidad permanente entre 1 mes y los 7 meses y medio.
Sobresaltos exagerados entre 1mes y los 5 meses y medio.
Pasividad excesiva entre los 3 y los 10 meses y medio.
Conductas repetitivas entre los 8 y los 15 meses.
No se centra en ninguna acción entre los 15 y los 33 meses.
Incapacidad para desarrollar el juego simbólico entre los 24 y 42 meses.
Área del lenguaje:
Deja de balbucear entre los 12 y los 24 meses.
Estereotipias (repeticiones verbales) entre los 24 y los 32 meses.
Manipulación:
Puño y manos siempre cerrados entre los 2 y los 4 meses y medio.
Asimetría en las manos entre los 3 y 6 meses y medio.
Postura:
No aguanta la cabeza entre los 3 y los 6 meses.
Rodillas juntas entre los 4 y los 9 meses.
El bebé no se desplaza entre los 9 y los 22 meses.
No camina entre los 17 y los 24 meses.
Además de los indicadores en las diferentes áreas hay que acudir al especialista para valorar si existe algún problema si el niño presenta:
Macrocefalia: el tamaño de la cabeza del bebé es más grande que el promedio correspondiente a la edad y el sexo, generalmente cuando el perímetro cefálico supera +3 la desviación considerada estándar.
Microcefalia: el tamaño de la cabeza del bebé es más pequeño que el promedio correspondiente a la edad y el sexo, generalmente cuando el perímetro cefálico se sitúa por debajo -2 la desviación considerada estándar.
Estancamiento del perímetro cefálico: cuando el perímetro craneal no crece durante tres meses o más durante el primer año del bebé.
Movimientos oculares extraños: movimientos erráticos, ojos en sol poniente, nistagmo…
Malformaciones o deformaciones.
Cada niño es diferente, y por ello también lo es su desarrollo y evolución
No obstante uno de los métodos para detectar problemas en los bebés es la observación directa: fíjate en la manera en la que tu bebé usa el habla, los movimientos corporales con los que se comunica y la mirada.
En el caso de que tu bebé presente algunos de estos síntomas o señales es muy importante que acudas al pediatra para comentarlos. Quizá detrás de estos problemas no haya una enfermedad grave sino que sólo exista un retraso en el desarrollo infantil y se puedan corregir gracias a la estimulación temprana o atención precoz.
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